El rendimiento deportivo tiene que ver con nuestras capacidades y con su optimización.
A menudo podemos leer referencias a “rendimiento deportivo” en blogs y páginas especializadas, pero no siempre se utiliza correctamente. El rendimiento es el resultado o la utilidad de algo respecto a lo que nos ha costado o lo que consume. En el caso del deporte, hablamos de los logros alcanzados realizando esa práctica deportiva respecto al esfuerzo que nos ha costado.
Por lo tanto, cuando hablamos de “mejorar nuestro rendimiento” no solo nos referimos a lograr más y más, sino a optimizar. La clave del crecimiento deportivo pasa por la optimización. Queremos llegar a más consumiendo la misma energía, o al menos reduciendo porcentualmente su consumo, ya que los recursos de nuestro organismo son limitados.
Cuando no estamos acostumbrados a movernos, el rendimiento es bajo, pues nuestro consumo energético y de tiempo será enorme para alcanzar logros sencillos. A medida que progresamos eso irá cambiando y con menos energía y, por lo tanto, menos agotamiento, lograremos llegar más lejos.
Dicho de otra manera, cuando hablemos de nuestro “rendimiento deportivo” también estaremos hablando de nuestra capacidad. Para ello el entrenamiento y la técnica serán cruciales. Todos los deportes requieren de cierta condición atlética, y también todos los deportes van ligados a cierta técnica. La combinación de conocimiento y práctica nos ayudarán a alcanzar nuestros logros.
Por supuesto también influyen nuestras condiciones psicológicas. Aquello de “Mens sana in corpore sano” no solo es un buen mantra para nuestro día a día, sino que además nos sirve para maximizar nuestro rendimiento deportivo. Los deportistas de élite, que se enfrentan a condiciones de trabajo realmente extremas, suelen tratar tanto con preparados físicos como con psicólogos para mantener la mente despejada y mejorar su concentración.
Siempre nos toparemos con una serie de factores genéticos que de alguna manera definirán nuestro punto de partida físico y quizá incluso nuestras limitaciones, pero ha quedo demostrado que esas características genéticas tienen una gran flexibilidad, y por ello con trabajo y esfuerzo podremos alcanzar logros que creíamos inalcanzables para nosotros. Siempre podemos pedir ayuda a profesionales para maximizar esos resultados.
Hay quién diría que también existen factores externos, y es que así es. El rendimiento de un ciclista puede verse reducido por una bicicleta inapropiada, o las capacidades de un alpinista pueden verse comprometidas por un equipo en mal estado. Aquí entrarían también los complementos, la alimentación y la hidratación. Encontrar nuestra combinación perfecta nos ayudará a llegar más lejos. En Totum Sport somos expertos en hidratación y remineralización.
Por último, pero no por ello menos importante, hagamos una pequeña reflexión sobre el rendimiento deportivo. Es fácil sentirnos pequeños si comparamos nuestras capacidades con las de los más grandes, por supuesto, pero la clave está en atender a nuestro progreso. ¿Cómo estamos ahora y cómo estábamos hace dos meses? Ten en cuenta que no todos tenemos las mismas capacidades, pero sí que todos tenemos la capacidad de mejorar.
¡Ánimo y a seguir trabajando! 🙂